Mi Abordaje
Lyn Prashant afirma que “no superamos nuestras pérdidas, sino que transformamos nuestra relación con ellas”, y estoy de acuerdo con ella al cien por ciento. El dolor es una poderosa fuente de información acerca de quiénes somos, cuando nos atrevemos a mirar. Nos identificamos a través de las personas y cosas a las que estamos apegados; cuando los perdemos, perdemos parte de quienes somos. Sin embargo, seguimos siendo, solo de una manera que no conocemos. Si somos capaces de transformar nuestra relación con el dolor de una manera que resulte en un mejor conocimiento de nosotros mismos, entonces podremos re-establecer una nueva identidad. El proceso de averiguar quién uno es ahora incluye varios pasos. Implica comprender y lidiar con los síntomas físicos del duelo; completar el proceso de duelo; y re-identificarnos a nosotros mismos. Esta vez no en base a nociones preconcebidas o aprendidas, sino basado en nuestra verdadera esencia, a la que nos hemos acercado gracias a haber sido despojados de nuestra identidad anterior. Para que eso suceda, debemos trabajar. La sadhana o secuencia que he desarrollado ofrece una práctica, la base del trabajo que debemos hacer, las herramientas para ayudarnos a cosechar los beneficios que buscamos.
La práctica que he desarrollado para transformar el dolor de la perdida en una fuente consciente de autoconocimiento es una secuencia de seis partes: ejercicios de respiración, movimientos corporales, técnicas de limpieza, relajación, re-programación mental y meditación.
Las técnicas de respiración ayudan a devolver una sensación de control al individuo al manipular el prana, o fuerza vital, que ayuda a unir la brecha entre el consciente y el inconsciente. Los movimientos corporales sirven para controlar los síntomas físicos de duelo en el cuerpo, en particular para abordar el dolor y otros síntomas agudos. Las técnicas de limpieza ayudan a recalcitrar el sistema endocrino, afectando la respuesta de lucha o huida, que juega un papel esencial en la reacción del duelo y los sentimientos a ella asociados. Se incluye la relajación con la intención de disminuir los niveles de estrés que aumentan durante el duelo. El poderoso principio yóguico de Resolución ayuda a establecer lnuevos patrones mentales y enfoca la mente hacia la transformación del dolor. Finalmente, la meditación se utiliza para dirigirse al Espíritu: una vez que el cuerpo está quieto y la mente en calma, lo que no es cuerpo ni mente puede manifestarse con mayor claridad.
La asana principal (postura física) de la práctica de Yoga para Aliviar el Duelo se llama Molino de viento. Simbólicamente, la imagen del molino sirve como analogía del proceso de transformación del duelo en una nueva identidad. Las fuerzas de lo desconocido – el viento – impulsan los mecanismos del molino asi como el misterio de la pérdida crea un batir en las profundidades de nuestro interior. Al igual que cuando el molino utiliza la fuerza a veces salvaje y destructiva de la energía eólica para transformar mecánicamente los duros granos en harina con la que cocinar; las técnicas de esta sadhana pueden transformar nuestros espíritus, que parecen vacíos por la pérdida pero que estan abiertos a recibir el conocimiento que existe dentro de nosotros. Así como el grano que se pulveriza da como resultado una harina de mejor calidad, los ejercicios de yoga compartidos aquí operan a un nivel neuroquímico, mejorando nuestro estado de ánimo y fortaleciendo nuestra determinación ante una pérdida que parece insuperable.